La medicina de la complejidad o medicina de precisión, trata de integrar la genómica junto con tecnologías derivadas de la ingeniería biomédica. Las técnicas ómicas ayudan a conocer mejor la interacción entre los genes y el ambiente con el desarrollo de determinadas enfermedades.
La medicina de la complejidad permite diagnósticos más fiables y personalizados, y nuevas terapias con mayor eficacia en el tratamiento de un amplio abanico de enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y en el cáncer.
El futuro de la medicina requiere una integración de los datos clínicos con imágenes médicas y datos moleculares del paciente, dentro de una historia clínica personalizada. Por este motivo, la mejora en el pronóstico y desarrollo de una enfermedad requiere una redefinición de los modelos sanitarios.