El 70% del azúcar libre que consumimos proviene de alimentos procesados. Se ha demostrado que hay un consumo excesivo de este tipo de azúcares a diario, especialmente en la alimentación destinada a los niños.
Durante décadas la comunidad científica se centró en la relación entre los tipos de grasas presentes en la dieta con la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. Recientemente la mirada se ha ido dirigiendo también hacia el papel de los azúcares.
Un mensaje clave, en general a la hora de promover en general la alimentación saludable, sería consumir alimentos naturales y evitar en la medida de lo posible los alimentos procesados. No solo por el azúcar, también por la sal o las grasas no saturadas que suelen acompañar este tipo de productos.