La protección y conservación de la vegetación de ribera genera grandes beneficios tanto para la naturaleza como para los seres humanos. Los diferentes grupos de investigación demuestran como es imprescindible para obtener una buena calidad del agua, entre otras ventajas.
Durante las últimas décadas, la expansión de la agricultura y la ganadería ha eliminado o reducido al mínimo la vegetación ribereña en muchos ríos, lo que ha modificado la función ecológica que desempeña, y los servicios ambientales que aporta, como la calidad del agua de los ríos. Por eso, es importante tener en cuenta su papel en un contexto de cambio climático y de escasez de recursos.