Diseminadas a lo largo de la Sierra Morena onubense, las huertas de autoconsumo son pequeñas explotaciones agrícolas cultivadas con esmero por los hortelanos sobre todo en los meses de verano. Sobreviven al “supermercado”, ese modelo de producción-consumo agroalimentario basado en llenar la cesta de la compra en una gran superficie comercial. Habichuelas, pepinos, pimientos, melones, sandías... son productos que contribuyen a una dieta saludable al mismo tiempo que ayudan a construir una cotidianeidad en torno a la tierra. De hecho, algunos productos, como el tomate, trascienden sus estrictas funciones alimentarias para convertirse en iconos de unas explotaciones agrícolas con importantes valores patrimoniales, paisajísticos y socio-culturales. Este caso de estudio forma parte del proyecto SAMUTER, que aborda los sistemas agroalimentarios desde una perspectiva territorializada y multidimensional.